Hay pesar en el paraíso, pero la vida sigue
Mauricio Conde Olivares lunes 12, Ene 2015“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
Este fin de semana terminó en Cancún un capítulo nostálgico, representaba la era virginal de este paraíso cuando era habitado solamente por 17 pescadores y sus familias, frente a lo que hoy es la poderosa industria hotelera del principal destino turístico de México y el Mar Caribe. Falleció Gabriel Garrido Argüelles, conocido como “Gabuch”, quien era para nuestros días el único habitante original de isla Cancún, que sobrevivía desde hace 50 años en ese espacio. Y es que Garrido Argüelles resistió a pie firme como vigilante en un predio de la familia Coral durante los últimos años de su vida en una humilde vivienda de madera y palma; incluso, los últimos diez años ciego y con un ayudante, pero siempre al pie de las torres hoteleras ubicadas en el kilómetro 16 del bulevar Kukulcán, justo detrás de los vestigios prehispánicos de San Miguelito.
Gabriel Garrido construyó esta historia al habitar durante más de seis décadas en la franja arenosa, entre el Mar Caribe y la laguna Nichupté y fue Paco Verdayes, ex compañero de la Escuela de Periodismo “Carlos Septién García”, fundador del semanario “Pioneros de Quintana Roo”, quien nos dio la mala noticia el pasado sábado.
“Gabuch” nació un 24 de diciembre de 1931 en Isla Mujeres, al morir tenía 83 años, recién cumplidos. Fue hijo de Jesús Garrido y Canuta Argüelles Hernán. Le sobrevive su hermana Elena. Fue pescador, lagartero y cazador, además de dedicarse a la copra (coco), entre otras actividades, y de acuerdo a sus familiares, será incinerado en Cancún, pero sus cenizas permanecerán en Isla Mujeres, conforme los servicios funerarios cubiertos por la familia Coral.
Resultaba contrastante la forma de vivir de “Gabuch”, pues tenía de vecinos a los distinguidos huéspedes de hoteles de Gran Turismo, como el Great Parnassus y Royal Islander, quienes al apreciar la laguna Nichupté desde sus cuartos también veían al pie de los hoteles sus dos casitas de madera y palma que evocaban los años de Cancún, cuando ni siquiera se pensaba en desarrollos turísticos.
Estamos hablando de lo que queda del histórico rancho San Miguel, que era de 26.4 hectáreas, del cual ahora si acaso resta una sola hectárea libre de cuartos de hotel.
“Gabuch” era frecuentemente visitado por reporteros, principalmente para ser entrevistado cada que se cumplía un aniversario más de la fundación de Cancún. Pieza clave en los trabajos que los arqueólogos del INAH hicieron en isla Cancún en la década de los 70, era tomado como un referente obligado, fuente informativa de primera mano respecto a aquel Cancún que ya nunca más volverá, del primigenio donde sólo había cocodrilos, iguanas, vestigios arqueológicos, buena pesca de langosta y nada de turistas.
Hasta sus últimos momentos, “Gabuch” no requirió la vista para saber el pronóstico del clima, pues decía que el zumbido del viento marca cómo están las cosas; o de un reloj para conocer la hora, pues se guiaba con el trinar de los pájaros para saber cuándo amanecía o atardecía.
Decía que llegó a la isla de Cancún a la edad de 18 años para trabajar en la copra, pues su familia tenía aquí varios terrenos a nombre de su abuelo Valentín Garrido, después de sus tíos, Inés y Vicente, quienes vendieron los predios al Banco de México.
De esta forma, el lote donde vivió hasta sus últimos días como empleado “Gabuch”, era de su abuelo Valentín, fue administrado por su tío Vicente, después por Hernán Magaña Barragán, hasta la llegada de Vicente Coral Martínez y más tarde de su hija Elvia Edith Coral.
Así despedimos esta historia viviente. Gabriel Garrido era de los pocos trabajadores del mar y la selva anteriores al Cancún turístico que hoy nos asombra, quién se nos adelantó con el comienzo del 2015, luego de un cierre de año de manera espectacular con la oferta hotelera que según cifras del gobierno de Quintana Roo, es de 86 mil 949 habitaciones, lo que representa 13 por ciento del total cuartos de hotel del país y mantener un incremento del 1.2 por ciento en la creación de lugares de hospedaje en relación con 2013.
El promedio general de ocupación fue del 77.74 por ciento y en el balance de los primeros 11 meses del año, la derrama económica fue de 7 mil 424 millones de dólares, con un incremento de ocho por ciento en comparación con el año anterior.
En materia de inversión, se espera que para este año Cancún y la Riviera Maya se concreten 14 proyectos hoteleros con una inversión de 714 millones de dólares, entre los que destacan el desarrollo Kanai, dos hoteles Hyatt y el Andaz Mayakoba.
En el aspecto social, por primera vez en la historia se superó la denominada “temporada baja” y se cerró 2014 con alrededor de 15 millones de turistas, cifra sin precedente, pero esto será motivo de análisis en otra entrega en punto de la Hora 14.